Conócete a ti mismo y conocerás los secretos del universo y los dioses

 

19 de noviembre de 2012

El rebaño

 

Había un rebaño cuyo dueño en pos del sagrado beneficio decidió sacrificar. Lejos quedaron los tiempos en que el pastor se conformaba con la lana y la leche que sus ovejas producían, su negocio se había ampliado ya no era un vulgar ganadero ahora era el presidente de una multinacional. Su intención había sido crear una raza dócil y productiva, educada y controlada desde la infancia, pero a fuerza de domesticación con el tiempo su rebaño se había bastardeado y vuelto improductivo. Su labor de aborregamiento resulto demasiado eficiente y las ovejas se sentían tan seguras que imaginaban que el pastor era su sirviente y debía velar para cubrir todas sus necesidades, tal como todas las distracciones que generosamente les proporcionaba.

 En el fondo de cada oveja o acaso en su inconsciente yacía la sombra de su triste condición, oculta tras los opacos muros de una realidad aparente de la que solo deseaban ser complacientes espectadores o activos cómplices condicionados en pos de una mejor posición en el rebaño. Por eso aquellas borreguiles distracciones que no eran otra cosa que reflejos donde las ovejas pudieran ver representados sus diversos anhelos de realización, representaban para ellas lo mas parecido a la libertad que nunca tendrían. Al fin y al cabo cada una era "libre" de decidir su afición y su disfraz para serle fiel durante el resto de su vida. Una afición donde aniquilar todo tiempo improductivo y un disfraz para sentirse actor participe de la aparente realidad y ocultar su verdadera naturaleza.

 Mansos, revoltosos, cómplices o inocentes, borregos todos, al negarse su propia realidad eran ajenos a su destino. No así su dueño que siendo previsor hace tiempo que se unió a la cooperativa que le aseguraba un futuro prometedor para explotar pastos y rebaños mas productivos y menos acomodados por todo el planeta. El requisito era crecer, no habría futuro para los pequeños pastores en el rebaño global. Ser grandes para depredar en los flujos y reflujos de las crisis y guerras que ellos creaban y financiaban con el doble propósito de mantener inconscientes y atareadas a las ovejas impidiendo que engordarán o crecieran, porque tampoco necesitaban tantas y el dinero solo representaba su herramienta de control y la medida de su poder. El planeta les pertenecía y no deseaban compartirlo ni estropearlo demasiado.

 Y mientras avanzaban sus planes o como ellos lo veían "el ineludible desarrollo de los acontecimientos", las ovejas perdían los mínimos cuidados que creían sus derechos y se hizo mas preciso utilizar todas sus armas de distracción para apartar su atención de la realidad y su futuro. Así los pastores sacrificaron miles de ovejas y culparon a fantasmales lobos para contener al rebaño asustado en su redil, muchas eran sacrificadas en inacabables guerras de expansión del rebaño global o aterrorizadas por pandemias y violencia de las que oportunamente solo la obediencia al pastor podía salvarlas, dado que también incentivaron el enfrentamiento en todas sus posibilidades, de sexos, clases, razas, religiones y en general el miedo al otro para crear individuos aislados y temerosos, un rebaño de indefensas víctimas en pugna por su protección.

 En este ambiente de creciente necesidad, miedo y desconcierto no cabía ya pensar mas que en lo inmediato para conservar los menguantes privilegios, y aunque la mayoría era consciente que el camino que seguían les conducía al matadero se negaban a cambiarlo porque ello les obligaba a abandonar sus disfraces y las falsedades que sostenían su sueño, porque no conocían otra realidad ni otra libertad que repetir y seguir los balidos del rebaño y los cencerros. Por eso era fundamental que salieran todas juntas a protestar repitiendo las consignas del puñado de cencerros, para encauzar su decepción exigiendo al pastor que les otorgue conservar algún privilegio, todas juntas y coordinadas para insertarles la conciencia de pertenecer al creciente rebaño global donde los borregos ni piensen, ni decidan, ni trabajen por su futuro o su libertad.




1 de noviembre de 2012

Un tomo de sabiduría en cada tontería

"No os perdáis ninguna palabrita porque todas están pensaditas" Fidel Delgado