Dedicado a todos los que olvidamos la razón de vivir.
Una historia sobre el trabajo, la dedicación y el poder de la voluntad y determinación individual cuando no nos dejamos arrastrar por la dejadez o las distracciones del ego. Una historia de un solo hombre haciendo lo que mas quiere con tesón (traer vida tras la muerte de lo que mas quería), que puede conseguir algo aparentemente imposible para todos aquellos que únicamente nos dejamos arrastrar por los vaivenes de la cotidianidad y el entorno.
1 de mayo de 2014
Trabajar para mejorar
7 de julio de 2013
Educación para la ciudadanía
La agenda oculta de la escuela obligatoria por Pilar Baselga
Entrevista de Frank G Rubio:
* Pilar Baselga es Profesora de Historia del Traje y de Historia del Arte. Articulista y conferenciante es también autora de varios libros (La aventura del Arte, Santillana, 2000), del blog No Morir Idiota y colaboradora del Vórtice Radio. Se licenció en Historia del Arte y Arqueología por la Universidad de la Sorbona (París) con un Máster en Arte Contemporáneo de esta misma Universidad. D.E.A en Historia del Arte en la Universidad Complutense. En la actualidad se halla cursando el doctorado en esta misma Universidad madrileña sobre el tema: La estética nazi en la actualidad: El Mito de Nuremberg, pervivencia de las dictaduras en el siglo XXI.
FGR: Tanto profesionales, como padres y gran parte de la ciudadanía perciben que en España no se aprende, más bien se desaprende, en las escuelas...
PB: Antes que nada hay que precisar que hay al menos dos educaciones, si no tres. La educación de la que hablo es la educación de “las clases inferiores”, que es la orientada a la obediencia. La educación de “las clases superiores” está orientada a la psicopatía, a crear tiburones. Tiburones y borregos. Así funciona este mundo. El fracaso escolar no es una fatalidad, ni la culpa es de los alumnos y, sólo en parte, de los profesores. Está buscado deliberadamente. Los que gobiernan el mundo quieren que seamos piezas útiles al mecanismo del sistema. Para ello es necesario idiotizar a la población, volverla analfabeta, miedosa, dócil, sumisa, insegura de sus capacidades innatas, incapaz de interpretar un texto impreso, de reaccionar ante lo que sucede, incapaz de entender los mecanismos del poder y de encontrar salidas a los problemas acuciantes.
FGR: La exposición a las ingenierías sociales que configuran la educación, cada día más insidiosas, han conseguido entregar millones de personas a los manipuladores mediáticos...
PS: El tamaño de la manipulación mental a través de la educación, los programas de televisión, los videojuegos, la música pop, las estrellas de Hollywood… es increíble. El público ignora que, por ejemplo, el fin de las noticias en la televisión no es informar sino construir nuestra percepción del mundo, la que los poderes necesitan. Es una constante violación mental y emocional. Todo lo que dicen es deprimente y la sensación de desazón, invalidez, impotencia que todos sentimos cuando vemos las noticias está buscada, es intencionada.
FGR: Como tantas cosas sucias en la Europa moderna, esto comenzó hace siglos, en Francia y Alemania ¿no?
PB: La ingeniería social es muy antigua. Ya Platón en La República habla de la necesidad de controlar los nacimientos de las clases inferiores… No existe el progreso social: en unas cosas hemos ganado, en otras hemos perdido. Y este sistema de esclavitud lleva milenios en marcha. Pero sí es cierto que la Revolución Francesa marca un cambio: la ilusión de la democracia. Antes de 1789, no existía siquiera el concepto de Libertad. En 1789 la vieja aristocracia fue reemplazada por otra élite, la de las familias de la Banca, fue un baño de sangre ritual purificador. El estudio atento de cómo se formaron las nuevas élites de la Banca que hoy dominan el mundo muestra una íntima relación entre Alemania, Inglaterra y Francia, con una prolongación a EEUU que se intensificó en el siglo XIX. Podríamos decir que hoy la Banca manda desde la City de Londres, la Tecnología desde Alemania y el Ejército desde el Pentágono. España en este tablero es el felpudo en el que se limpian los pies al entrar en Europa, el lugar barato para descansar y pasar vacaciones, y esto ha sido posible con sucesivos gobiernos del PPSOE, todos genuflexos ante esos tres poderes.
FGR: Las Naciones Unidas, a través de la UNESCO, ¿han convertido la educación en manipulación y adoctrinamiento?
PB: En este mundo nada es lo que parece. La sede de la ONU se construyó sobre unos terrenos donados por los Rockefeller, una familia que siempre aparece cuando se trata de controlar la educación, la salud, la economía, el arte… Estas grandes familias crean Fundaciones que se presentan como filantrópicas, pero en realidad tienen fines eugenésicos, es decir de control de la población: son expertos en los eufemismos. La UNESCO es, como la ONU, un nido de burócratas nombrados a dedo que cobran unos sueldos de escándalo para que no cuestionen el sistema - algo semejante al Parlamento europeo, que no tiene poder ejecutivo, pero que ningún europarlamentario denuncia-. La UNESCO, detrás de sus campañas falsamente humanitarias, tiene como fin el control de la educación y la cultura de todos los países miembros. Nadie sabe que la UNESCO está en el origen de la primera ley de educación del siglo XX en España, la ley Villar-Palasí de 1970; los programas educativos españoles siguen una agenda que viene dictada desde esta perversa institución que todo el mundo cree filantrópica porque hacen “christmas” en Navidades...
FGR: ¿Hay un plan? ¿Se busca lo que se está consiguiendo? ¿La creación de un entorno propenso a la imposición en breve de una sociedad de castas genéticas mediante, entre otras cosas, la inducción de un embrutecimiento generalizado programado desde la más temprana infancia?.
PB: Según lo que he investigado, el proyecto de control de la educación tiene dos fases: la primera, en tiempos de Napoleón, cuando tanto en Francia como en Alemania comprenden que para que el ejército obedezca, el soldado no tiene que pensar por sí mismo. Es interesante recalcar que la educación estatal tiene un origen militar en el contexto de las guerras napoleónicas que corre paralelo con los movimientos nacionalistas: se trataba de generar un ejército nacional dispuesto a morir por el Estado, a cambio de un plato de lentejas -hasta entonces los ejércitos eran mercenarios-; así nace la escolarización obligatoria estatal que se disfraza de filantrópica cuando en realidad busca que la población no desarrolle su libre albedrío y se someta a las órdenes de los jefes.
La segunda fase tiene que ver con la segunda revolución industrial y la necesidad de tener un ejército de obreros y mineros sumisos y obedientes para la industria y la minería. Un campesino no iría jamás a trabajar a una mina por un sueldo de miseria: había que obligarlo. Algunos historiadores llegan a proponer que la migración del campo a las ciudades industriales fue intencionadamente provocada, que no fue algo natural: se dictaron leyes que permitieron a los terratenientes expulsar a los campesinos de sus tierras. Éstos, desposeídos de la tierra en la que llevaban viviendo toda la vida, no tuvieron más remedio que dirigirse a las ciudades para buscar trabajo, y se convirtieron en mano de obra desesperada, inexperta y barata, dispuesta a aceptar cualquier trabajo con tal de no morir de hambre ni de frío. Este proceso era necesario para permitir el desarrollo de los oligopolios industriales que estaban ya amasando fortunas inconmensurables a mediados del siglo XIX.
Y actualmente, la población no cree en sus propias posibilidades y opta por delegar en “expertos” la gestión de la sociedad en todos los aspectos. Saber esto nos permite entender por qué existe una sensación de impotencia frente al desastre económico. La gente está harta pero no sabe qué hacer para acabar con tanta corrupción e injusticia: ése es el fin buscado. Luego no hay tal fracaso: ¡esto es un éxito rotundo!
FGR: ¿Hay alternativas viables para contrarrestar esta tendencia?
PB: Lo primero es tomar conciencia de nuestra desidia, es decir de la gran responsabilidad que tenemos cada uno de nosotros en lo que está pasando. Delegamos la educación en los docentes, los docentes delegan los contenidos en los libros de texto y si no comulgan con las ideas impresas, se callan. Todavía estoy esperando una manifestación de los docentes en contra de los libros de texto. Salen a la calle cuando les quitan la paga extra, pero no cuando les obligan a manipular las mentes de los niños. Cuando los alumnos tienen dificultad para poner atención, en lugar de cuestionar el método educativo y los contenidos curriculares, se culpa al niño de que tiene un déficit de atención y se le manda a un experto quien no tiene reparo en medicarlo con fármacos que atontan. Los psicólogos infantiles están drogando legalmente a los niños. Estos niños no mejoran, pero ya no molestan. Muchos padres tienen largas jornadas de trabajo y cuando llegan a casa, están rendidos, no tienen tiempo, ni ganas ni paciencia. Si queremos hacer las cosas bien, decidir tener un hijo hoy en día es una decisión de mucha responsabilidad y que debemos asumir con todas sus consecuencias. Es necesario saber que la “liberación de la mujer” también ha sido una gran manipulación intencionada para sacar a la madre del hogar y así entregar a los niños mucho antes al sistema educativo. ¡Es monstruosa una sociedad en la que una madre debe abandonar a su hijo a los 5 meses en manos extrañas! Una alternativa es la escuela en casa, el llamado homeschooling. Cada día más familias lo están haciendo. El Estado se resiste, pero es legal. Pero no todo el mundo puede hacerlo.
Desde luego que todo esto se puede cambiar, pero sólo a partir de la plena conciencia de nuestras responsabilidades, cada uno a su nivel. A veces esto implica enfrentarse al sistema, a un familiar, a nuestro entorno, pero creo que es nuestro deber decir y hacer lo posible para parar esto.
15 de abril de 2013
La compra de la República
LA COMPRA DE LA REPÚBLICA
Nueva York, 22 marzo
Este mes he comprado una República. Capricho costoso y que no tendrá imitadores. Era un deseo que tenía desde hacía mucho tiempo y he querido librarme de él. Me imaginaba que el ser dueño de un país daba más gusto.
La ocasión era buena y el asunto quedó arreglado en pocos días. El presidente tenía el agua hasta el cuello: su ministerio, compuesto de clientes suyos, era un peligro. Las cajas de la República estaban vacías; crear nuevos impuestos hubiera sido la señal del derrumbamiento de todo el clan que se hallaba en el poder, tal vez de una revolución. Había ya un general que armaba bandas de regulares y prometía cargos y empleos al primero que llegaba.
Un agente americano que se hallaba en el lugar me avisó. El ministro de Hacienda corrió a Nueva York: en cuatro días nos pusimos de acuerdo. Anticipé algunos millones de dólares a la República, y además asigné al presidente, a todos los ministros y a sus secretarios unos emolumentos dobles de aquellos que recibían del Estado. Me han dado en garantía —sin que el pueblo lo sepa— las aduanas y los monopolios. Además, el presidente y los ministros han firmado un covenant secreto que me concede prácticamente el control sobre la vida de la República. Aunque yo parezca, cuando voy allí, un simple huésped de paso, soy, en realidad, el dueño casi absoluto del país. En estos días he tenido que dar una subvención, bastante crecida, para la renovación del material del ejército, y me he asegurado, en cambio, nuevos privilegios.
El espectáculo, para mí, es bastante divertido. Las Cámaras continúan legislando, en apariencia libremente los ciudadanos continúan imaginándose que la República es autónoma e independiente y que de su voluntad depende el curso de las cosas. No saben que todo cuanto se imaginan poseer —vida, bienes, derechos civiles— depende en última instancia de un extranjero desconocido para ellos, es decir, de mí.
Mañana puedo ordenar la clausura del Parlamento, una reforma de la Constitución, el aumento de las tarifas de aduanas, la expulsión de los inmigrados. Podría, si me pluguiese, revelar los acuerdos secretos de la camarilla ahora dominante y derribar así al Gobierno, obligar al país que tengo bajo mi mano a declarar la guerra a una de las Repúblicas colindantes. Esta potencia oculta e ilimitada me ha hecho pasar algunas horas agradables. Sufrir todos los fastidios y la servidumbre de la comedia política es una fatiga bestial; pero ser el titiritero que detrás del telón puede solazarse tirando de los hilos de los fantoches obedientes a su movimiento, es una voluptuosidad única. Mi desprecio de los hombres encuentra un sabroso alimento y mil confirmaciones.
Yo no soy más que el rey incógnito de una pequeña República en desorden, pero la facilidad con que he conseguido dominarla y el evidente interés de todos los iniciados en conservar el secreto, me hace pensar que otras naciones, y tal vez más vastas e importantes que mi República, viven, sin darse cuenta, bajo una dependencia análoga de soberanos extranjeros. Siendo necesario más dinero para su adquisición, se tratará, en vez de un solo dueño, como en mi caso, de un trust, de un sindicato de negocios, de un grupo restringido de capitalistas o de banqueros.
Pero tengo fundadas sospechas de que otros países son gobernados por pequeños comités de reyes invisibles, conocidos solamente por sus hombres de confianza, que continúan recitando con naturalidad el papel de jefes legítimos.
16 de febrero de 2013
El robot humano
Blade runner, de profesión asesino de androides que conociendo su condición luchaban por su libertad, en su labor tal vez sospechaba que ellos valoraban la vida mas que el y que la frontera de su humanidad y libertad era tan difusa como incierta.
Cuando conducimos solo tenemos que introducir el punto de destino y distraer la mente mientras el piloto automático del cerebro decide la marcha o cuando frenar, porque si lo hiciésemos conscientemente seguramente nos estrellaríamos antes de decidir pisar el freno. El cerebro automático o inconsciente es una extraordinaria maquina que nos facilita la vida y puede desarrollarla en completa ausencia de la consciencia.
A medida que aprendemos y el cerebro se automatiza, lo que antes era un difícil problema se convierte en rutina, los días se repiten y el tiempo se acorta hasta que imperceptiblemente nos convertimos en robots inconscientes que piensan, sienten, se enamoran y trabajan consumiendo una vida de menguante conciencia sin apenas razonamiento. Nos convertimos en rutinarias y predecibles maquinas que día a día repiten una programación, "su equipo de fútbol", "sus ideas", "su moral"..... , el cerebro sabe que depende de la adaptación y tras completar el condicionamiento por repetición o educación, según lo bien adaptados que estemos nos convertiremos en fieles protectores que garantizarán la perpetuación del sistema al que pertenecemos. Y mientras nada altere gravemente la rutina, el cerebro automático se encargara de ocultarnos cualquier incongruencia, haciendo desagradable lo extraño, inseguro el cambio e imposibles la creatividad y el razonamiento independiente, hasta convertirnos en humanoides especialistas, dóciles y apenas conscientes esclavos del sistema que no desean vivir nada nuevo y cuyos recuerdos se limitan a las primeras experiencias y una débil caché.
10 de febrero de 2013
La memoria impresa
Conciencia y recuerdo definen la experiencia de vida y sustentan la forma en que percibimos y definimos "nuestra" singular persona. Como un cabezal magnético y en la misma magnitud de su presencia la conciencia graba los sentidos, emociones y pensamientos. Cada recuerdo es cifrado por una combinación de neuronas, sin embargo no existe en el cerebro ninguna cinta magnética que guarde toda esta información. En un ordenador cuántico cada molécula se encuentra entrelazada sin limites de espacio o tiempo al completo cosmos y la misma combinación que grabo o emitió el recuerdo sirve para recuperarlo. La conciencia solo es una propiedad del universo que puede expresarse en función del soporte y su aplicación, la muerte supone la desvinculación del sustrato material pero no de la memoria impresa.
6 de diciembre de 2012
Filosofía Matrix
Tenia pendiente postear este tema como guía y sobre todo tributo a la trilogía que motivo el titulo de este modesto blog y conociendo la tribulación de una amiga que no consigue descubrir algún fundamento filosófico entre tanto salto y patada, trataré de hacer un escueto resumen para que los interesados puedan seguir el hilo y tirar de la manta.

No se debe obviar el papel del lado oscuro encarnado por Cifra en su lapidaria frase "La ignorancia es la felicidad" que representa la dejadez que definió Descartes:
"Este designio es penoso y laborioso, y cierta dejadez me arrastra insensiblemente al curso de mi vida ordinaria; y como un esclavo que sueña que está gozando de una libertad imaginaria, al empezar a sospechar que su libertad es un sueño, teme el despertar y conspira con esas gratas ilusiones para seguir siendo más tiempo engañado."
Personalmente el mejor aliciente para ver y rever una película es la emoción de descubrir algo nuevo y Matrix es una mina insondable y llena de contenido que enriquece la trama por medio de señas y detalles que pueblan todo el film, pudiendo resultar incluso proféticos como la fecha en que caduca el pasaporte del Sr. Anderson.

Para mas información recomiendo:
- El mito de la realidad
- La filosofía en Matrix. Una propuesta educativa
- Filosofía en Matrix. Qué es? Qué significa? Cómo hackearla?
Notas:
El problema de lo real
- Platón. El mito de la caverna. Metafísica: ¿qué es real?
- Sócrates. Sólo sé que no sé nada.
- Descartes. El genio maligno.
- Berkeley. Ser es ser percibido. Lo aparente es real.
- Kant. ¿Cómo podemos saber qué cosas lo son por sí mismas? Fenómenos. El mundo reside en nuestras estructuras mentales.
- Nietzsche. El superhombre. Rechaza lo impuesto por la autoridad.
- Baudrillard. El desierto de lo real.
- Nozik. La máquina de la experiencia.
El problema de la libertad
- Laplace. Determinismo físico: todo lo que ocurre en la naturaleza es debido a la interacción de los átomos. (La física cuántica ya no admite esto).
- Hume. Crítica al concepto de causa.
- Schopenhauer. La voluntad humana.
Aspectos religiosos
- Cristianismo gnóstico: el problema del hombre es el conocimiento y la solución es la iluminación.
- Cristianismo tradicional: Nuevo testamento. Libre albedrío en Reloaded. Sacrificio de Neo en Revolutions.
- Budismo: samsara. Problema de la ignorancia. La solución es el despertar.
- Hinduismo: Upanishads. Creador de llaves, todo debe hacerse como una sola cosa. Sati fue la primera esposa de Shiva.
- Taoísmo: yin-yang. Oráculo-Arquitecto y Neo-Smith.
Frases de matrix:
19 de noviembre de 2012
El rebaño

Había un rebaño cuyo dueño en pos del sagrado beneficio decidió sacrificar. Lejos quedaron los tiempos en que el pastor se conformaba con la lana y la leche que sus ovejas producían, su negocio se había ampliado ya no era un vulgar ganadero ahora era el presidente de una multinacional. Su intención había sido crear una raza dócil y productiva, educada y controlada desde la infancia, pero a fuerza de domesticación con el tiempo su rebaño se había bastardeado y vuelto improductivo. Su labor de aborregamiento resulto demasiado eficiente y las ovejas se sentían tan seguras que imaginaban que el pastor era su sirviente y debía velar para cubrir todas sus necesidades, tal como todas las distracciones que generosamente les proporcionaba.
En el fondo de cada oveja o acaso en su inconsciente yacía la sombra de su triste condición, oculta tras los opacos muros de una realidad aparente de la que solo deseaban ser complacientes espectadores o activos cómplices condicionados en pos de una mejor posición en el rebaño. Por eso aquellas borreguiles distracciones que no eran otra cosa que reflejos donde las ovejas pudieran ver representados sus diversos anhelos de realización, representaban para ellas lo mas parecido a la libertad que nunca tendrían. Al fin y al cabo cada una era "libre" de decidir su afición y su disfraz para serle fiel durante el resto de su vida. Una afición donde aniquilar todo tiempo improductivo y un disfraz para sentirse actor participe de la aparente realidad y ocultar su verdadera naturaleza.
Mansos, revoltosos, cómplices o inocentes, borregos todos, al negarse su propia realidad eran ajenos a su destino. No así su dueño que siendo previsor hace tiempo que se unió a la cooperativa que le aseguraba un futuro prometedor para explotar pastos y rebaños mas productivos y menos acomodados por todo el planeta. El requisito era crecer, no habría futuro para los pequeños pastores en el rebaño global. Ser grandes para depredar en los flujos y reflujos de las crisis y guerras que ellos creaban y financiaban con el doble propósito de mantener inconscientes y atareadas a las ovejas impidiendo que engordarán o crecieran, porque tampoco necesitaban tantas y el dinero solo representaba su herramienta de control y la medida de su poder. El planeta les pertenecía y no deseaban compartirlo ni estropearlo demasiado.
Y mientras avanzaban sus planes o como ellos lo veían "el ineludible desarrollo de los acontecimientos", las ovejas perdían los mínimos cuidados que creían sus derechos y se hizo mas preciso utilizar todas sus armas de distracción para apartar su atención de la realidad y su futuro. Así los pastores sacrificaron miles de ovejas y culparon a fantasmales lobos para contener al rebaño asustado en su redil, muchas eran sacrificadas en inacabables guerras de expansión del rebaño global o aterrorizadas por pandemias y violencia de las que oportunamente solo la obediencia al pastor podía salvarlas, dado que también incentivaron el enfrentamiento en todas sus posibilidades, de sexos, clases, razas, religiones y en general el miedo al otro para crear individuos aislados y temerosos, un rebaño de indefensas víctimas en pugna por su protección.
En este ambiente de creciente necesidad, miedo y desconcierto no cabía ya pensar mas que en lo inmediato para conservar los menguantes privilegios, y aunque la mayoría era consciente que el camino que seguían les conducía al matadero se negaban a cambiarlo porque ello les obligaba a abandonar sus disfraces y las falsedades que sostenían su sueño, porque no conocían otra realidad ni otra libertad que repetir y seguir los balidos del rebaño y los cencerros. Por eso era fundamental que salieran todas juntas a protestar repitiendo las consignas del puñado de cencerros, para encauzar su decepción exigiendo al pastor que les otorgue conservar algún privilegio, todas juntas y coordinadas para insertarles la conciencia de pertenecer al creciente rebaño global donde los borregos ni piensen, ni decidan, ni trabajen por su futuro o su libertad.
1 de noviembre de 2012
Un tomo de sabiduría en cada tontería
"No os perdáis ninguna palabrita porque todas están pensaditas" Fidel Delgado
23 de enero de 2012
Un poquito de iluminación
La verdad es el corazón de todas las cosas.
Comprender es desnudar todo lo falso, apreciar la sencillez y belleza de la armonía universal.
30 de abril de 2011
El camino del guerrero
Nuestra vida es la lucha, el mundo la batalla, el arma la verdad, el amor nuestra victoria.
Nuestras acciones espantan a los cobardes y llenan de esperanza a los sabios.
Gracias a Jedimalaga
31 de agosto de 2010
Nada es casual
Nada escapa al principio de causa y efecto, vivimos en una realidad que origina elementos nuevos y también vivimos inmersos en sus efectos. No existe en la naturaleza nada que se genere de forma espontánea. Tampoco existe el azar.
- En lo que atañe a nosotros el principio siempre está en nuestra mente. Las consecuencias dependen del grado de conciencia. A mayor grado de inconciencia mayor grado de imprevisibilidad en las consecuencias.
- Cambiar el destino es cambiar los pensamientos y sus emociones añadidas.
4 de abril de 2010
Keny Arkana
"Somos una rabia que se desarrolla en los callejones del mundo. Somos jóvenes, en corazón y espíritu, habitados por un deseo de transformar nuestra condición. Somos ciudadanos que exasperados vemos nuestros derechos y libertades amenazados por una globalización que nos encarcela en una prisión a cielo abierto. Hemos decidido unirnos para poder luchar humildemente. Somos un movimiento que se difunde de boca a oído, como un rumor circulando en nuestras vidas. Somos una unidad indivisible a través de los siglos. Somos unas gentes libres, en pie, con el puño alzado. Queremos desarrollar la consciencia y la información crítica y libre. Somos gente común que ya no cree en los políticos, pero que quiere restaurar un sentido a la palabra 'política'. A veces nos sentimos aislados, dejados atrás y puestos al márgen de la sociedad, excluídos y no escuchados; nosotros no encajamos en el molde. Y sin embargo, somos una red de ciudadanos del mundo, intercambiamos nuestras ideas, nuestras experiencias y nuestras alternativas, fuera de los partidos políticos o la influencia de los grupos de presión.
Provenimos de horizontes diferentes, de culturas y mestizajes distintos. Venimos de callejones oscuros, de grandes edificios, donde el horizonte está hecho de hormigón, sin espacios verdes. Somos mediterráneos. Resistencia en las montañas de los Alpes. Venimos de Bretaña. Viajamos al Tíbet y a las montañas del Himalaya, fuente del Ganges. Venimos de la América del Sur, de la Argentina, país de piqueteros. Venimos de las altas mesetas etíopes, del África y de las Islas del Caribe. Somos de la Tierra, a la que damos la bienvenida. Somos los hijos de la Tierra que sufre, y sufrimos con ella; que grita, y nosotros gritamos con ella; que se rebela, y nosotros nos rebelamos con ella.
Así pues, dijimos, ¡Basta!. Estamos luchando contra la dictadura del capitalismo, el liberalismo, y el juego de los poderosos. Luchamos contra todas las formas de opresión del hombre y su entorno. Denunciamos la manipulación y las conspiraciones. No queremos seguir siendo espectadores de un mundo que no nos satisface. Estamos luchando contra todas las formas de polución que nos están envenenando. Estamos contra el poder, innecesario y destructivo, que ejercen algunos para el infortunio de todos. Estamos contra la exclusión, la represión, y la discriminación. Estamos contra la dictadura, y contra la democracia de las élites.
Estamos por la concienciación y el despertar de nuestros hermanos y hermanas. Estamos por la auto-defensa, y por el colapso final del gobierno. Queremos vivir libres. En pie por la supervivencia de la especie humana, y de las especies vivas. Estamos por la paz y por la autogestión en nuestro entorno. Hemos de tomar nuestros derechos, y estamos por el poder de actuación de la democracia: el poder es del pueblo y no se le puede confiscar. Estamos por el cambio en la organización del mundo. Hemos de descubrir la riqueza de cada uno, y beneficiarnos de nuestras distintas cualidades. Cada uno de nosotros es una estrella que brilla y tiende a maravillar al mundo. Somos actores de la transformación social, actuamos local y pensamos global, y queremos aprender humildemente todo aquello que podamos transmitir a las gentes del mundo : sus luchas, sus tradiciones ancestrales, sus vidas. Pertenecemos a un linaje que se remonta a la noche de los tiempos, y no podemos olvidar. Nuestras mentes se encuentran abiertas al mundo, enriquecidas por todos, conscientes de las luchas históricas.
Consagramos la plaza pública mediante conciertos, medios de comunicación libres, espacios abiertos, manifestaciones, bloqueos de lugares simbólicos... caminamos hacia mujeres y hombres mejores, despiert@s, emancipad@s, fortalecid@s mediante relaciones humanas basadas en compartir, en la confianza, la cooperación, el intercambio, el gozo. Nuestra inspiración viene de nuestros niños y es nuestra fuerza y confianza. Nuestra inspiración viene del revolucionario, zapatista, sankarista, guevarista,... Avanzamos hacia una mayor justicia. Caminamos para hacer que las utopías se manifiesten en nuestra forma de vida. Estamos en un camino, y avanzamos libremente. Nos movemos hacia la autonomía de cada individuo, para compartir mejor colectivamente. Vamos hacia una gozosa disminución en el consumo. Somos la rabia del pueblo, una rabia positiva y unificadora que porta cambio y esperanza." KENY ARKANA
La Rabia
Hijos del 5º Sol
3 de abril de 2010
Condicionamiento del sueño
Lo que ves y escuchas ahora mismo no es más que un sueño. En este mismo momento estás soñando. Sueñas con el cerebro despierto.
Soñar es la función principal de la mente, y la mente sueña veinticuatro horas al día. Sueña cuando el cerebro está despierto y también cuando está dormido. La diferencia estriba en que, cuando el cerebro está despierto, hay un marco material que nos hace percibir las cosas de una forma lineal. Cuando dormimos no tenemos ese marco, y el sueño tiende a cambiar constantemente.
Los seres humanos soñamos todo el tiempo. Antes de que naciésemos, aquellos que nos precedieron crearon un enorme sueño externo que llamaremos el sueño de la sociedad o el sueño del planeta. El sueño del planeta es el sueño colectivo hecho de miles de millones de sueños más pequeños, de sueños personales que, unidos, crean un sueño de una familia, un sueño de una comunidad, un sueño de una ciudad, un sueño de un país, y finalmente, un sueño de toda la humanidad. El sueño del planeta incluye todas las reglas de la sociedad, sus creencias, sus leyes, sus religiones, sus diferentes culturas y maneras de ser, sus gobiernos, sus escuelas, sus acontecimientos sociales y sus celebraciones. Nacemos con la capacidad de aprender a soñar, y los seres humanos que nos preceden nos enseñan a soñar de la forma en que lo hace la sociedad. El sueño externo tiene tantas reglas que, cuando nace un niño, captamos su atención para introducir estas reglas en su mente. El sueño externo utiliza a mamá y papá, la escuela y la religión para enseñarnos a soñar. La atención es la capacidad que tenemos de discernir y centrarnos en aquello que queremos percibir. Percibimos millones de cosas simultáneamente, pero utilizamos nuestra atención para retener en el primer plano de nuestra mente lo que nos interesa. Los adultos que nos rodeaban captaron nuestra atención y, por medio de la repetición, introdujeron información en nuestra mente. Así es como aprendimos todo lo que sabemos.
Utilizando nuestra atención aprendimos una realidad completa, un sueño completo. Aprendimos cómo comportarnos en sociedad: qué creer y qué no creer; qué es aceptable y qué no lo es; qué es bueno y qué es malo; qué es bello y qué es feo; qué es correcto y qué es incorrecto. Ya estaba todo allí: todo el conocimiento, todos los conceptos y todas las reglas sobre la manera de comportarse en el mundo. Cuando íbamos al colegio, nos sentábamos en una silla pequeña y prestábamos atención a lo que el maestro nos enseñaba. Cuando Íbamos a la iglesia, prestábamos atención a lo que el sacerdote o el pastor nos decía. La misma dinámica funcionaba con mamá y papá, y con nuestros hermanos y hermanas. Todos intentaban captar nuestra atención. También aprendimos a captar la atención de otros seres humanos y desarrollamos una necesidad de atención que siempre acaba siendo muy competitiva. Los niños compiten por la atención de sus padres, sus profesores, sus amigos: «¡Mírame! ¡Mira lo que hago! ¡Eh, que estoy aquí!».
La necesidad de atención se vuelve muy fuerte y continúa en la edad adulta. El sueño externo capta nuestra atención y nos enseña qué creer, empezando por la lengua que hablamos. El lenguaje es el código que utilizamos los seres humanos para comprendernos y comunicarnos. Cada letra, cada palabra de cada lengua, es un acuerdo. Llamamos a esto una página de un libro; la palabra página es un acuerdo que comprendemos. Una vez entendemos el código, nuestra atención queda atrapada y la energía se transfiere de una persona a otra. Tú no escogiste tu lengua, ni tu religión ni tus valores morales: ya estaban ahí antes de que nacieras. Nunca tuvimos la oportunidad de elegir qué creer y qué no creer. Nunca escogimos ni el más insignificante de estos acuerdos. Ni siquiera elegimos nuestro propio nombre. De niños no tuvimos la oportunidad de escoger nuestras creencias, pero estuvimos de acuerdo con la información que otros seres humanos nos transmitieron del sueño del planeta. La única forma de almacenar información es por acuerdo. El sueño externo capta nuestra atención, pero si no estamos de acuerdo, no almacenaremos esa información. Tan pronto como estamos de acuerdo con algo, nos lo creemos, y a eso lo llamamos «fe». Tener fe es creer incondicionalmente. Así es como aprendimos cuando éramos niños. Los niños creen todo lo que dicen los adultos. Estábamos de acuerdo con ellos, y nuestra fe era tan fuerte, que el sistema de creencias que se nos había transmitido controlaba totalmente el sueño de nuestra vida. No escogimos estas creencias, y aunque quizá nos rebelamos contra ellas, no éramos lo bastante fuertes para que nuestra rebelión triunfase. El resultado es que nos rendimos a las creencias mediante nuestro acuerdo.
Llamo a este proceso «la domesticación de los seres humanos». A través de esta domesticación aprendemos a vivir y a soñar. En la domesticación humana, la información del sueño externo se transfiere al sueño interno y crea todo nuestro sistema de creencias. En primer lugar, al niño se le enseña el nombre de las cosas: mamá, papá, leche, botella... Día a día, en casa, en la escuela, en la iglesia y desde la televisión, nos dicen cómo hemos de vivir, qué tipo de comportamiento es aceptable. El sueño extremo nos enseña cómo ser seres humanos. Tenemos todo un concepto de lo que es una «mujer» y de lo que es un «hombre».
Y también aprendemos a juzgar: Nos juzgamos a nosotros mismos, juzgamos a otras personas, juzgamos a nuestros vecinos... Domesticamos a los niños de la misma manera en que domesticamos a un perro, un gato o cualquier otro animal. Para enseñar a un perro, lo castigamos y lo recompensamos. Adiestramos a nuestros niños, a quienes tanto queremos, de la misma forma en que adiestramos a cualquier animal doméstico: con un sistema de premios y castigos. Nos decían: «Eres un niño bueno», o: «Eres una niña buena», cuando hacíamos lo que mamá y papá querían que hiciéramos. Cuando no lo hacíamos, éramos «una niña mala» o «un niño malo». Cuando no acatábamos las reglas, nos castigaban; cuando las cumplíamos, nos premiaban. Nos castigaban y nos premiaban muchas veces al día. Pronto empezamos a tener miedo de ser castigados y también de no recibir la recompensa, es decir, la atención de nuestros padres o de otras personas como hermanos, profesores y amigos. Con el tiempo desarrollamos la necesidad de captar la atención de los demás para conseguir nuestra recompensa.
Cuando recibíamos el premio nos sentíamos bien, y por ello, continuamos haciendo lo que los demás querían que hiciéramos. Debido a ese miedo a ser castigados y a no recibir la recompensa, empezamos a fingir que éramos lo que no éramos, con el único fin de complacer a los demás, de ser lo bastante buenos para otras personas. Empezamos a actuar para intentar complacer a mamá y a papá, a los profesores y a la iglesia. Fingimos ser lo que no éramos porque nos daba miedo que nos rechazaran. El miedo a ser rechazados se convirtió en el miedo a no ser lo bastante buenos. Al final, acabamos siendo alguien que no éramos. Nos convertimos en una copia de las creencias de mamá, las creencias de papá, las creencias de la sociedad y las creencias de la religión. En el proceso de domesticación, perdimos todas nuestras tendencias naturales. Y cuando fuimos lo bastante mayores para que nuestra mente lo comprendiera, aprendimos a decir que no. El adulto decía: «No hagas esto y no hagas lo otro». Nosotros nos rebelábamos y respondíamos: «¡No!». Nos rebelábamos para defender nuestra libertad. Queríamos ser nosotros mismos, pero éramos muy pequeños y los adultos eran grandes y fuertes. Después de cierto tiempo, empezamos a sentir miedo porque sabíamos que cada vez que hiciéramos algo incorrecto recibiríamos un castigo.
La domesticación es tan poderosa que, en un determinado momento de nuestra vida, ya no necesitamos que nadie nos domestique. No necesitamos que mamá o papá, la escuela o la iglesia nos domestiquen. Estamos tan bien entrenados que somos nuestro propio domador. Somos unos animales auto-domesticados. Ahora nos domesticamos a nosotros mismos según el sistema de creencias que nos transmitieron y utilizando el mismo sistema de castigo y recompensa. Nos castigamos a nosotros mismos cuando no seguimos las reglas de nuestro sistema de creencias; nos premiamos cuando somos «un niño bueno» o «una niña buena».
Nuestro sistema de creencias es como el Libro de la Ley que gobierna nuestra mente. No es cuestionable; cualquier cosa que esté en ese Libro de la Ley es nuestra verdad. Basamos todos nuestros juicios en él, aún cuando vayan en contra de nuestra propia naturaleza interior. Durante el proceso de domesticación, se programaron en nuestra mente incluso leyes morales como los Diez Mandamientos. Uno a uno, todos esos acuerdos forman el Libro de la Ley y dirigen nuestro sueño.
Hay algo en nuestra mente que lo juzga todo y a todos, incluso el clima, el perro, el gato... Todo. El Juez interior utiliza lo que está en nuestro Libro de la Ley para juzgar todo lo que hacemos y dejamos de hacer, todo lo que pensamos y no pensamos, todo lo que sentimos y no sentimos. Cada vez que hacemos algo que va contra el Libro de la Ley, el Juez dice que somos culpables, que necesitamos un castigo, que debemos sentirnos avergonzados. Esto ocurre muchas veces al día, día tras día, durante todos los años de nuestra vida.
Hay otra parte en nosotros que recibe los juicios, y a esa parte la llamamos «la Víctima». La Víctima carga con la culpa, el reproche y la vergüenza. Es esa parte nuestra que dice: « ¡Pobre de mí! No soy suficientemente bueno, ni inteligente ni atractivo, y no merezco ser amado. ¡Pobre de mí!». El gran Juez lo reconoce y dice: «Sí. No vales lo suficiente». Y todo esto se fundamenta en un sistema de creencias en el que jamás escogimos creer. Y el sistema es tan fuerte que, incluso años después de haber entrado en contacto con nuevos conceptos y de intentar tomar nuestras propias decisiones, nos damos cuenta de que esas creencias todavía controlan nuestra vida.
Cualquier cosa que vaya contra el Libro de la Ley hará que sintamos una extraña sensación en el plexo solar, una sensación que se llama miedo. Incumplir las reglas del Libro de la Ley abre nuestras heridas emocionales, y reaccionamos creando veneno emocional. Dado que todo lo que está en el Libro de la Ley tiene que ser verdad, cualquier cosa que ponga en tela de juicio lo que creemos nos hace sentir inseguros. Aunque el Libro de la Ley esté equivocado, hace que nos sintamos seguros. Por este motivo, necesitamos una gran valentía para desafiar nuestras propias creencias; porque, aunque sepamos que no las escogimos, también es cierto que las aceptamos. El acuerdo es tan fuerte, que incluso cuando sabemos que el concepto es erróneo, sentimos la culpa, el reproche y la vergüenza que aparecen cuando actuamos en contra de esas reglas.
De la misma forma que el gobierno tiene un Código de Leyes que dirige el sueño de la sociedad, nuestro sistema de creencias es el Libro de la Ley que gobierna nuestro sueño personal. Todas estas leyes existen en nuestra mente, creemos en ellas, y nuestro Juez interior lo basa todo en ellas. El Juez decreta y la Víctima sufre la culpa y el castigo. Pero ¿quién dice que este sueño sea justo?. La verdadera justicia consiste en pagar sólo una vez por cada error. Lo que es verdaderamente injusto es pagar varías veces por el mismo error.
¿Cuántas veces pagamos por un mismo error? La respuesta es: miles de veces. El ser humano es el único animal sobre la Tierra que paga miles de veces por el mismo error. Los demás animales pagan sólo una vez por cada error. Pero nosotros no. Tenemos una gran memoria. Cometemos una equivocación, nos juzgamos a nosotros mismos, nos declaramos culpables y nos castigamos. Sí fuese una cuestión de justicia, con eso bastaría; no necesitamos repetirlo, Pero cada vez que lo recordamos, nos juzgamos de nuevo, volvemos a considerarnos culpables y nos volvemos a castigar, una y otra vez, y otra, y otra más. Si estamos casados, también nuestra mujer o nuestro marido nos recuerda el error, y así volvemos a juzgarnos de nuevo, nos castigamos otra vez y nos volvemos a sentir culpables. ¿Acaso es esto justo? ¿Cuántas veces hacemos que nuestra pareja, nuestros hijos o nuestros padres paguen por el mismo error? Cada vez que recordamos el error, los culpamos de nuevo y les enviamos todo el veneno emocional que sentimos frente a la injusticia; hacemos que vuelvan a pagar por ello. ¿Eso es justicia? El Juez de la mente está equivocado porque el sistema de creencias, el Libro de la Ley, es erróneo. Todo el sueño se fundamenta en una ley falsa. El 95 por ciento de las creencias que hemos almacenado en nuestra mente no son más que mentiras, y si sufrimos es porque creemos en todas ellas. En el sueño del planeta, a los seres humanos les resulta normal sufrir, vivir con miedo y crear dramas emocionales. El sueño externo no es un sueño placentero; es un sueño lleno de violencia, de miedo, de guerra, de injusticia. El sueño personal de los seres humanos varía, pero en conjunto es una pesadilla. Si observamos la sociedad humana, comprobamos que es un lugar en el que resulta muy difícil vivir, porque está gobernado por el miedo. En el mundo entero, vemos sufrimiento, cólera, venganza, adicciones, violencia en las calles y una tremenda injusticia. Esto existe en diferentes niveles en los distintos países del mundo, pero el miedo controla el sueño externo.
Si comparamos el sueño de la sociedad humana con la descripción del Infierno que las distintas religiones de todo el mundo han divulgado, descubrimos que son exactamente iguales. Las religiones dicen que el Infierno es un lugar de castigo, de miedo, de dolor y de sufrimiento, un lugar donde el fuego te quema. Cada vez que sentimos emociones como la cólera, los celos, la envidia o el odio, experimentamos un fuego que arde en nuestro interior. Vivimos en el sueño del Infierno.
Si consideramos que el Infierno es un estado de ánimo, entonces nos rodea por todas partes. Tal vez otras personas nos adviertan que si no hacemos lo que ellas dicen que deberíamos hacer, iremos al Infierno. Pero ya estamos en el Infierno, incluso la gente que nos dice eso. Ningún ser humano puede condenar a otro al Infierno, porque ya estamos en él. Es cierto que los demás pueden llevarnos a un Infierno todavía más profundo, pero únicamente si nosotros se lo permitimos.
Cada ser humano, hombre o mujer, tiene su sueño personal, que, al igual que ocurre con el sueño de la sociedad, a menudo está dirigido por el miedo. Aprendemos a soñar el Infierno en nuestra propia vida, en nuestro sueño personal. El mismo miedo se manifiesta de distintas maneras en cada persona, por supuesto, porque todos sentimos cólera, celos, odio, envidia y otras emociones negativas. Nuestro sueño personal también puede convertirse en una pesadilla permanente en la que sufrimos y vivimos en un estado de miedo constante. Sin embargo, no es necesario que nuestro sueño sea una pesadilla. Podemos disfrutar de un sueño agradable.
Toda la humanidad busca la Verdad, la justicia y la belleza. Estamos inmersos en una búsqueda eterna de la Verdad porque sólo creemos en las mentiras que hemos almacenado en nuestra mente. Buscamos la justicia porque en el sistema de creencias que tenemos no existe. Buscamos la belleza porque, por muy bella que sea una persona, no creemos que lo sea. Seguimos buscando y buscando cuando todo está ya en nosotros. No hay ninguna Verdad que encontrar. Dondequiera que miremos, todo lo que vemos es la Verdad, pero debido a los acuerdos y las creencias que hemos almacenado en nuestra mente, no tenemos ojos para verla.
No vemos la Verdad porque estamos ciegos. Lo que nos ciega son todas esas falsas creencias que tenemos en la mente. Necesitamos sentir que tenemos razón y que los demás están equivocados. Confiamos en lo que creemos, y nuestras creencias nos invitan a sufrir. Es como si viviésemos en medio de una bruma que nos impide ver más allá de nuestras propias narices. Vivimos en una bruma que ni siquiera es real. Es un sueño, nuestro sueño personal de la vida: lo que creemos, todos los conceptos que tenemos sobre lo que somos, todos los acuerdos a los que hemos llegado con los demás, con nosotros mismos e incluso con Dios.
Durante el proceso de domesticación, nos formamos una imagen mental de la perfección con el fin de tratar de ser lo suficientemente buenos. Creamos una imagen de cómo deberíamos ser para que los demás nos aceptaran. Intentamos complacer especialmente a las personas que nos aman, como papá y mamá, nuestros hermanos y hermanas mayores, los sacerdotes y los profesores. Al tratar de ser lo suficientemente buenos para ellos, creamos una imagen de perfección, pero no encajamos en ella. Creamos esa imagen, pero no es una imagen real. Bajo ese punto de vista, nunca seremos perfectos. ¡Nunca!
Como no somos perfectos, nos rechazamos a nosotros mismos. El grado de rechazo depende de lo efectivos que hayan sido los adultos para romper nuestra integridad. Tras la domesticación, ya no se trata de que seamos lo suficientemente buenos para los demás. No somos lo bastante buenos para nosotros mismos porque no encajamos en nuestra propia imagen de perfección. Nos resulta imposible perdonarnos por no ser lo que desearíamos ser, o mejor dicho, por no ser quien creemos que deberíamos ser. No podemos perdonarnos por no ser perfectos. Sabemos que no somos lo que creemos que deberíamos ser, de modo que nos sentimos falsos, frustrados y deshonestos. Intentamos ocultarnos y fingimos ser lo que no somos. El resultado es un sentimiento de falta de autenticidad y una necesidad de utilizar máscaras sociales para evitar que los demás se den cuenta. Nos da mucho miedo que alguien descubra que no somos lo que pretendemos ser. También juzgamos a los demás según nuestra propia imagen de la perfección, y naturalmente no alcanzan nuestras expectativas.
Nos deshonramos a nosotros mismos sólo para complacer a otras personas. Incluso llegamos a dañar nuestro cuerpo para que los demás nos acepten. Vemos a adolescentes que se drogan con el único fin de no ser rechazados por otros adolescentes. No son conscientes de que el problema estriba en que no se aceptan a sí mismos. Se rechazan porque no son lo que pretenden ser. Desean ser de una manera determinada, pero no lo son, y esto hace que se sientan culpables y avergonzados. Los seres humanos nos castigamos a nosotros mismos sin cesar por no ser como creemos que deberíamos ser. Nos maltratamos a nosotros mismos y utilizamos a otras personas para que nos maltraten.
Pero nadie nos maltrata más que nosotros mismos; el Juez, la Víctima y el sistema de creencias son los que nos llevan a hacerlo. Es cierto que algunas personas dicen que su marido o su mujer, su madre o su padre las maltrató, pero sabemos que nosotros nos maltratamos todavía más. Nuestra manera de juzgarnos es la peor que existe. Si cometemos un error delante de los demás, intentamos negarlo y taparlo; pero tan pronto como estamos solos, el Juez se vuelve tan tenaz y el reproche es tan fuerte, que nos sentimos realmente estúpidos, inútiles o indignos.
Nadie, en toda tu vida, te ha maltratado más que tú mismo. El límite del maltrato que tolerarás de otra persona es exactamente el mismo al que te sometes tú. Si alguien llega a maltratarte un poco más, lo más probable es que te alejes de esa persona. Sin embargo, si alguien te maltrata un poco menos de lo que sueles maltratarte tú, seguramente continuarás con esa relación y la tolerarás siempre.
Si te castigas de forma exagerada, es posible que incluso llegues a tolerar a alguien que te agrede físicamente, te humilla y te trata como si fueras basura. ¿Por qué? Porque, de acuerdo con tu sistema de creencias, dices: «Me lo merezco. Esta persona me hace un favor al estar conmigo. No soy digno de amor ni de respeto. No soy suficientemente bueno».
Necesitamos que los demás nos acepten y nos amen, pero nos resulta imposible aceptarnos y amarnos a nosotros mismos. Cuanta más autoestima tenemos, menos nos maltratamos. El abuso de uno mismo nace del auto-rechazo, y éste de la imagen que tenemos de lo que significa ser perfecto y de la imposibilidad de alcanzar ese ideal. Nuestra imagen de perfección es la razón por la cual nos rechazamos; es el motivo por el cual no nos aceptamos a nosotros mismos tal como somos y no aceptamos a los demás tal como son.
Has establecido millares de acuerdos contigo mismo, con otras personas, con el sueño que es tu vida, con la sociedad, con tus padres, con tu pareja, con tus hijos; pero los acuerdos más importantes son los que has hecho contigo mismo. En esos acuerdos te has dicho quién eres, qué sientes, qué crees y cómo debes comportarte. El resultado es lo que llamas tu personalidad. En esos acuerdos dices: «Esto es lo que soy. Esto es lo que creo. Soy capaz de hacer ciertas cosas y hay otras que no puedo hacer. Esto es real y lo otro es fantasía; esto es posible y aquello es imposible».
Si somos capaces de reconocer que nuestra vida está gobernada por nuestros acuerdos y el sueño de nuestra vida no nos gusta, solo necesitamos cambiar los acuerdos, debemos estar firmemente dispuestos a cambiar...
7 de febrero de 2010
Somos uno
Todos los seres somos yo. Cada persona que nos rodea, la familia, los amigos, los compañeros de trabajo, los encuentros casuales, el repartidor y la vecina, los que van sentados en el autobús o en el avión, todos, están en mi. La separación física es una apreciación de nuestros sentidos limitados. El hecho de que cada uno viva en su propio espacio mental separados de los otros no es sino la manifestación de un estado de conciencia fragmentado. Todos los seres viven en mi, igual que viven los ríos, las montañas, los animales y las plantas y cada lucecita que brille en el firmamento, incluidos los espacios oscuros. No hay discontinuidad en la esencia del movimiento de la energía que crea de la nada el espacio físico. Por ello cuando en la meditación o en cualquier momento, por breves instantes, la mente se detiene, esa vaciedad, esa "nada" está llena del Todo, es decir, estamos unidos esencialmente por el vacío que es la realidad profunda de la existencia. El Todo existe en el vacío. Pero como el vacío absoluto no puede ser experimentado percibimos el movimiento que existe dentro y su complejización, que da como resultante la materia. Quedándonos en la percepción pura nos percatamos de una sensación especial de plenitud que no es fenoménica. Esa sensación está compuesta por todo lo que existe, incluyendo los seres que nos acompañan en el viaje de regreso al centro de lo que somos. Al final ese es nuestra auténtica morada, pero mientras tanto esos seres pueden ser percibidos un poco más cerca de nuestro centro. Coincidimos en la consciencia del viaje. Es algo aparente, circunstancial, fruto de los esquemas de identidad separados que nos transmite los sentidos. Extender esa sensación de identidad a nuestros compañeros de viajes es el principio de la universalidad, de salir de la cárcel interior hacia los espacios infinitos de los horizontes desdibujados de las formas.
Por e.
8 de noviembre de 2009
HoloRevolución

En estos tiempos de incertidumbre, cada día la humanidad es mas consciente de que vivimos un cambio que reestructurará todos los sistemas organizativos de la sociedad. Se puede debatir interminablemente sobre los motivos e intereses tras esta crisis, buscando culpables económicos, políticos, ecológicos, etc.. tras todos ellos encontraríamos un común denominador, el agotamiento del sistema. Es decir el cenit del modelo materialista con el egoísmo como motor y el incremento económico como único objetivo.
La historia nos muestra como todas las civilizaciones se derrumban cuando acaban con los recursos o se colapsa su expansión tras engullir a cuantas sociedades en equilibrio encuentre. Ciertamente la historia oficial solo reconoce como civilización las sociedades expansionistas, interpretando las guerras de expansión como gloriosos hitos civilizadores, de los cuales la globalización es su ultima representación.
Cada día son menos los que siguen confiando en líderes e ideologías. Nuestros políticos se encuentran perdidos, poniendo parches que pospongan la quiebra del sistema aún a sabiendas que a la larga serán contraproducentes. Con tal de ocultar su evidente incompetencia se muestran impacientes por delegar el mayor número de competencias así como eliminar paulatinamente derechos y potestades de sus ciudadanos en favor de organismos o estados supranacionales.
La mayor parte de la sociedad permanece expectante, esperan que todo pase, como han hecho siempre. Esta vez es diferente, lo evidencia la perplejidad y continuismo de los habituales agitadores sociales, incapaces de trasmitir confianza mas allá de obamismos propagandísticos, se ceban utilizando la política del miedo como última herramienta de manipulación y cohesión social, hasta tal saturación que esta se hace cada día mas evidente.
La incertidumbre aumenta cuando no vemos salidas. Es decir vemos esta crisis como el problema deseando volver a la anterior situación sin percatarnos o queriendo olvidar que el problema era lo anterior, y la crisis su consecuencia. La crisis por definición es un estado de cambio entre dos sistemas incompatibles, una revolución. Cuanto mas nos aferremos a todo lo viejo, mas tardará el sistema en colapsar, mas nos demoraremos en construir uno nuevo, mas durara esta crisis y mas caótico y cruento será el proceso y sus resultados para el conjunto.
Evidentemente no podemos esperar que las elites nos den la solución, ellos son los que mas se benefician del Status-quo, no desean ningún cambio que no puedan controlar, nos ofrecerán diversos líderes o bien esperarán corromper y que el sistema absorba a todos los que sobresalgan. Hace tiempo que decidieron su solución final, el planeta les pertenece y obviamente no necesitan 7.000 millones de esclavos. Su objetivo es que nos matemos por miedo y culpa. La palabra que mas utilizan en sus medios es concienciación, representa su ultima conquista, son dueños de nuestros cuerpos, deseos y mentes, ya solo les queda por dominar tu conciencia y habrán vencido definitivamente.
Esta será una revolución holística, no entendiendo todo su significado cualquier activismo social, político, económico o ecológico estará condenado al fracaso o a su manipulación, ya que es imposible curar una enfermedad atendiendo solo los síntomas y no su origen. Por tanto debemos entender como funciona esta sociedad enferma, comprender por que colapsará irremediable y necesariamente, aceptar nuestra responsabilidad tanto en su sostenimiento como en su colapso y sobre todo nuestra participación en la evolución hacia una humanidad adulta, plenamente consciente de sus capacidades y responsabilidades, libre de miedos, mentiras e injusticias.
Quien busque una batalla se equivoca o le hace el juego a los de arriba, ¿luchar contra quién?, ¿contra el sistema?, el sistema somos todos. En realidad son pocos los que dominan el sistema y dudo mucho de hasta donde puedan controlarlo, su poder se basa sobre todo en su conocimiento y nuestra ignorancia, equilibrar la balanza es lo que mas poder les resta.
Ellos nunca lucharan contra nosotros emplearan a lacayos ignorantes para que luchemos unos con otros, y una vez mas la solución es reducir la ignorancia.
La única forma de cambiar el sistema es cambiarse a uno mismo, no esperes un líder se tu el cambio que quieras ver en los demás y antes que a nadie exígete a ti mismo. empieza por pequeñas metas en tu transformación cualquier cambio en tu interior se magnificara en tu exterior. No busques enemigos, no odies, no te humilles, aprecia todo lo bueno que te rodea empezando por ti y sobre todo no temas, el futuro lo creamos continuamente con nuestros pensamientos. Quizás esperabas una actitud mas beligerante o "realista", eso es por que no conoces la verdadera naturaleza de esta revolución.


La sociedad pervive en base a la transmisión de su cosmovisión, por eso es tan importante para el poder controlar la educación, información y la opinión pública. Si has llegado a leer esto es porque la revolución esta en marcha, obsérvate y analiza los cambios que tu percepción de la realidad ha experimentado...
Estamos sumergidos en una revolución de la conciencia, un choque de paradigmas, de cosmovisiones radicalmente diferentes sobre la vida y la realidad. Lo antiguo está resistiéndose a lo nuevo, y lo nuevo está transformando inevitablemente lo viejo. En este proceso, muchos conceptos, creencias, teorías, valores y pilares considerados irrefutables están desmoronándose a la vez que otros emergen. ¿Quiénes somos?, esta es la pregunta más importante que cualquier ser humano puede hacerse, ya que su respuesta implica un modo de realizarse, elegir una forma de vida u otra.
Según define Pepón Jover en Choque de paradigmas:
La cosmovisión de un individuo afecta a su concepto de la vida, la norma, lo posible, la verdad, la justicia, la libertad, que pueden o no pueden hacer, sus objetivos y prioridades. Por lo tanto, una cosmovisión condiciona todo lo que los individuos pueden llegar a pensar, sentir, decir y hacer a lo largo de sus vidas. Quien controla el conocimiento y la información que alimenta o podría transformar una cosmovisión controla las conciencias de los individuos que están sumergidos en ella. En ese estado el individuo no se cuestiona nada a lo largo de su vida, y se
siente seguro en un mundo que le ofrece protección por ser habitual y conocido. Este estado mental es conocido como hipnosis compartida o trance colectivo, al ser compartido, pasa desapercibido.
Descubrir la falsedad de los mitos que sostienen nuestra cosmovisión es aterrador, si logramos traspasar la barrera de incredulidad, la acción refleja del individuo es defender su falsa ilusión de seguridad, para el las rejas de la sociedad están hay para protegerlo, la alternativa es reconocerse prisionero Sólo el que inicia el camino del héroe, el camino del despertar de la conciencia podrá llegar a liberarse, solo los que se liberan de los barrotes del miedo pueden aspirar a cambiar la sociedad desde dentro.

- Objetivismo: el mundo exterior es independiente de mí, el observador y lo observado son entidades independientes y aisladas, existe una realidad objetiva ahí fuera, y otra subjetiva aquí dentro. Así diferenciamos la mente del cuerpo, la ciencia del espíritu, el hombre de la naturaleza. El mundo real es el mundo que puedo medir con instrumentos. Todo lo que no se puede medir no existe.
- Racionalismo: es necesario alejarse de las emociones, ya que distorsionan la visión de la realidad, todo lo que no sea racional debe ser rechazado. Se observa al Universo y al ser humano como máquinas, si se conocen todas las variables que los hacen funcionar, se podrán controlar y manipular.
- Reduccionismo: la manera de comprender los fenómenos y el mundo de ahí fuera es reduciéndolo a sus partes más pequeñas, estudiando cada parte podremos comprender el funcionamiento del todo. Todo puede ser fragmentado por tanto ni mis pensamientos, ni mis emociones, ni mis acciones afectan a los que no las reciben directamente.
- Materialismo: toda la vida se reduce a la materia organizada de forma simple o compleja, átomos y moléculas. La realidad es sólida y perceptible únicamente en estas tres dimensiones, más el tiempo, cuatro.
- Darwinismo: la vida es un fenómeno más de la evolución de la materia a través de la supervivencia del más fuerte en una continua batalla, siendo el egoísmo el mejor motor de superación. La Conciencia, se reduce a una función cerebral, que también es, en última instancia materia. Cuando muere el individuo, también muere su conciencia y su identidad. La conciencia al ser un fenómeno de la actividad neuronal no puede afectar al mundo externo.
Por tanto, la realidad del Universo y la vida no tiene propósito, y el propósito de la ciencia es observar, aprender, predecir, controlar y manipular.
- Narcisismo para ensalzar el ego.
- Hedonismo al buscar la satisfacción y el placer de forma inmediata con el mínimo esfuerzo.
- Nihilismo, el no creer en nada ya que todo es materia.
- Aislamiento, división de clases, culturas, razas, identidades.
- Acumulación material, el tener se vuelve una prioridad, para buscar tanto la seguridad física como social.
- Destrucción del ecosistema por la búsqueda obsesiva de la propia supervivencia y el beneficio personal.
En su desarrollo el amor, respeto, tolerancia y compasión, son irrelevantes y se desprecia toda conexión con la intuición, con la imaginación, con la creatividad y con aquellas partes de nuestro ser que permiten explorar nuevas posibilidades de realidad.
El sentido de la vida se vuelve meramente productivo de "valores" del ego y el éxito.
Convierte al individuo en un ser hipnotizado y sin propósito autónomo, en un robot, un ESCLAVO DEL SISTEMA.

El Mundo Cuántico es el mundo de las partículas subatómicas, las leyes que rigen este mundo son completamente diferentes a las del mundo que conocemos, no obstante explican muchas anomalías y fenómenos inexplicables en el modelo Newtoniano-mecanicista.
Algunos de sus principios son:
- Energía, materia, luz e información son distintas manifestaciones de la misma cosa, E = M*C2
- Principio de Incertidumbre, en el que la realidad se vuelve una probabilidad cuántica, por lo tanto la realidad observable no es tan estable como nos parece.
- Desaparece la clara división entre objetivo/subjetivo, entre observador/observado. La conciencia del individuo forma parte de lo observado y por tanto lo afecta con su intención (ambos son uno). El observador es creador de la realidad con la intención de su pensamiento.
- Principio de no-localidad, en el que partículas separadas se comunican de forma instantánea, no importa la distancia a la que estén. La conciencia puede afectar a la realidad en la distancia. La conciencia va más allá del cerebro y del cráneo, del espacio y del tiempo.
- El tiempo ya no es lineal, se vuelve una constante de la dimensión tridimensional, pero cambia al acceder a otras dimensiones. En el tiempo lineal el pasado lleva a un presente y éste a un futuro, en el mundo cuántico el futuro puede afectar al pasado.
- Realidad interconectada e interdependiente: lo existente forma parte de un Todo mayor que lo interrelaciona e interconecta. La realidad es Una e indivisible, una totalidad completa y coherente, implicada en un proceso interminable de cambio denominado holomovimiento. Esta realidad es Holográfica en la que el todo contiene la parte y la parte contiene al todo. En otras palabras, el microcosmos contiene al macrocosmos y a la inversa. En mí está contenido todo el universo. Mi conciencia individual, mi yo contiene a la vez todas las conciencias, todos los “yoes”. Yo soy tú y tú eres yo en esencia.
- La realidad es multidimensional, en la que las dimensiones existen por frecuencias de vibración. Toda la materia aparece como energía con una frecuencia de vibración, como luz con una determinada frecuencia.
La realidad es información, es conciencia. El Universo por lo tanto tiene conciencia. Mi conciencia individual puede acceder y experimentar estados alterados de conciencia, en los que podemos acceder a planos diferentes, a experiencias de nosotros mismos y del universo que en un estado ordinario de conciencia no podemos acceder. A través de nuestra conciencia podemos ir más allá de la realidad tridimensional a la cual nos confina el modelo Newtoniano-mecanicista, permitiéndonos acceder a partes de nosotros y del Cosmos desconocidas. Lo cual enriquecen nuestra visión de nosotros mismos y de la vida. Transforman nuestra consciencia.
Somos seres multidimensionales en conciencia viviendo en una realidad multidimensional.
La razón y la mente se vuelven meros instrumentos limitados para movernos en una realidad tridimensional, inútiles para acceder a otros planos de existencia, ya que hay ciertas verdades que la mente no puede comprender. Éstas deben ser experimentadas y entendidas desde una mente superior que reside dentro de nosotros pero a la cual no accedemos desde un estado ordinario de conciencia.
Todo lo existente en el Cosmos deja de ser materia inerte, sin propósito y sin función y pasa a ser conciencia tal vez en evolución, en experiencia y expresión de sí misma.
Consecuencias sociales:
- Favorece la unidad, la cooperación, la generosidad, la ayuda, la evolución, el respeto y la libertad entre sus individuos.
- Favorece la búsqueda y la comprensión del misterio de la vida a lo largo del camino de existencia.
- Favorece un mundo más equilibrado, justo y respetuoso con la naturaleza, los animales, las personas y con todo lo existente ya que todo tiene conciencia, todo es vida que siente.
Pero por encima de todo, la RESPONSABILIDAD como principio fundamental, que rige la conducta de todos sus individuos. El individuo se vuelve responsable de sus pensamientos, emociones, palabras y acciones, teniendo en cuenta que éstas afectan al mundo en el que está y a la vida que la habita, dado los principios de interdependencia y de no-localidad. Esta responsabilidad conlleva el PRINCIPIO DE NO INTERFERENCIA en la Libertad del otro.
Los individuos integrados en este nuevo paradigma experimentan nuevas posibilidades de consciencia, asumiendo su Responsabilidad, Capacidad y el Poder para transformar y crear una nueva forma de vivir en Armonía y Paz, libre por fin de las cadenas del miedo. UNA NUEVA HUMANIDAD.
Nosotros los esclavos
Gracias a Georgina
De la servidumbre moderna
21 de septiembre de 2009
Nos programan para ser infelices
El ser humano es el único animal que tropieza mil veces con la misma piedra y encima le echa la culpa a la piedra. Sin embargo, por medio del sufrimiento es capaz de darse cuenta de cuál es la causa de sus constantes tropiezos: él mismo. Y esta toma de consciencia es el inicio de la asunción de la responsabilidad personal, que le lleva a cuestionar las creencias que le han sido impuestas por la sociedad para empezar a seguir su propio camino en la vida. Así lo piensa el ex directivo de multinacionales como Epson, Xerox y Tech Data José Luis Montes (Puertollano, 1965), autor de El hombre que tuvo la fortuna de fracasar (Plataforma). "Me creí eso de que el éxito consiste en llegar a lo más alto y ganar mucho dinero", confiesa. "Conseguí todo lo que este sistema dice que debes lograr para ser feliz, pero cuando alcancé la cima me sentí vacío".

- Yo no lo decidí. Hice lo que otros me habían dicho que hiciera. Cuando no sabes quién eres ni qué quieres, eres esclavo de tu baja autoestima e inseguridad. Y esta falta de confianza te lleva a pensar y hacer lo que piensan y hacen los demás. ¡Y pobre de ti como te separes del camino trillado! ¡No te lo perdonan!
- ¿Por qué motivo?
- Porque las personas rebeldes y auténticas son libres, coherentes y honestas consigo mismas, y su presencia suele poner de manifiesto la incoherencia, la falsedad y la falta de valores que nos rodea. De ahí que en la sociedad occidental actual ser uno mismo sea un acto revolucionario.
- ¿A qué se refiere?
- ¿Y qué más ha aprendido?
- He verificado que si tu principal objetivo es conseguir éxito, poder y dinero, necesitas ser egoísta y ambicioso, lo que termina por destruir la humanidad innata que hay en ti... Te desconecta de tu esencia y te olvidas de los valores y proyectos que sí valen la pena. Nos han programado para ser infelices, y la mayoría lo son, sólo que muy pocos tienen la humildad y el coraje de reconocerlo. ¡A mí me llevó más de cuarenta años! Nuestro mayor enemigo es el autoengaño, no querer reconocer el malestar que sentimos interiormente. No hay mayor fracaso que fijar objetivos equivocados y conseguirlos. Por eso hay tantas personas de éxito que son tan infelices: porque han hecho lo que el sistema les ha dicho que hagan y no lo que les dicta su corazón. El éxito es ser coherente contigo mismo, con los dictados de tu conciencia. Si no aprendes a ser feliz por ti mismo seguro que terminas sintiéndote un fracasado.

El fracaso muestra lo que el éxito oculta
Entrevista a José Luis Montes por Gaspar Hernández (El Periódico)
Sostiene que se aprende más del fracaso que del éxito, y que hay mucha gente que fracasa porque ha logrado éxitos sociales, y no vitales.
–¿Qué es el fracaso?
–Fracasar es no conseguir el objetivo que te has propuesto.
–También es una sensación.
–Exacto, porque hay otro fracaso: no fijar bien el objetivo vital y, a pesar de conseguir lo que te proponías, estar fracasando.
–¿...?
–Hay mucha gente que en su vida siente que está fracasando, a pesar de que los signos externos digan que está consiguiendo el éxito: la corbata, el reloj, el coche, el lugar de veraneo, el colegio al que van los niños... Externamente son signos de éxito, pero esas personas no son felices y persiguen cada vez más este éxito externo para tapar que están fracasando como personas.
–¿Cómo se fija, según usted, el objetivo vital?
–De la manera más fácil y a la vez más difícil: mirando dentro de ti. Las preguntas están fuera, pero las respuestas están dentro.
–¿El fracaso es una fortuna?
–El fracaso se convierte en fortuna siempre que puedas sacar algo positivo de él. Los fracasos te muestran lo que los éxitos te ocultan. El fracaso te pone delante de un espejo, de la realidad. Si no rehúyes mirarte en ese espejo –y el fracaso es un espejo tremendamente fidedigno de cada uno de nosotros, de nuestras carencias y deseos verdaderos–, si tienes la valentía de mirar a ese otro yo que te está mostrando el fracaso, entonces has tenido la fortuna de fracasar.
–¿La fortuna de recibir un golpe duro, por ejemplo?
–Si estás cabalgando a lomos del tigre hacia ese éxito, pero no te estás sintiendo feliz y fracasas, tienes la suerte de que ese tigre ha chocado contra una pared. Este momento es una gran oportunidad para preguntarme si tengo que volver a subir encima de ese tigre y continuar cabalgando hacia donde no quiero ir. O si, ya que me he pegado una torta, decido encaminarme hacia otro sitio, sin el tigre.
–Habla mucho de marcas como símbolo de éxito.
–Es que no hemos evolucionado demasiado desde que vivíamos en las cavernas. Lo que diferenciaba a un hombre de otro eran los colmillos que llevaba colgados al cuello, sus músculos y otros signos externos de la fortaleza que tenía para ser capaz de mantener a su parte de la tribu. Hoy no llevamos colmillos en el cuello, pero pesan las marcas, los coches, las corbatas y los relojes. La esclavitud está más presente en este siglo que en anteriores.
–¿No exagera?
–La única diferencia es que los esclavos de hoy en día, en vez de llevar un taparrabos, llevan ropa cara, 2.000 kilos de hierro en forma de coche o una corbata al cuello. Lo único que ha cambiado es el tamaño del hierro que les aprisiona.
–Es un montañero experimentado. ¿Qué ha aprendido de la montaña?
–Subir montañas es una metáfora de la vida. Te enseña que la subida, que puede parecer muy dura, a veces no es nada en comparación con la bajada. De hecho, hay cuatro veces más muertos a la hora de bajar cumbres que en el momento de subirlas. Es necesaria la preparación y ser consciente de tus capacidades.
–¿Qué más ha aprendido?
–Lo que, por otra parte, me han legado mis padres: entender que las cosas se consiguen con esfuerzo. Cuando en la vida te encuentras en una encrucijada y tienes la opción del camino fácil o difícil, casi a ciegas puedes intuir que el camino difícil es el correcto.
–¡Ya son ganas, escalar la montaña por el camino más difícil!
–Normalmente, cuando en la montaña escoges el camino fácil, te encuentras con un abismo, nieve o un desprendimiento. Se trata de escoger la parte más incómoda, pero que a la hora de la verdad es la más segura. En la vida, las cosas se consiguen con esfuerzo y, cuando tienes que escoger entre lo correcto y lo cómodo, normalmente, para ser coherente con tus valores y tu ética, tienes que escoger el camino del esfuerzo, el camino difícil.
–A la corta, te lleva a sentirte mucho más cómodo contigo mismo.
–Por tanto, estás más cerca de la felicidad. Y el otro, el camino fácil, te lleva a la insatisfacción permanente. El camino difícil te permite entrenarte, entrenar el músculo de tu esencia.
–¿Qué le diría a un lector que se sienta fracasado y que no tenga ganas de levantarse?
–Le daría un abrazo, para transmitirle mi calor y sentimiento, y le diría que la vida consiste en levantarse y seguir adelante. Vivir no es una tarea fácil, porque se trata de un camino de autosuperación personal, y ese camino consiste en dar pasos, caerse, levantarse. Si al caerte y levantarte aprendes, entonces te caerás menos veces. Pero si al caerte y levantarte no aprendes, volverás a caerte en el mismo sitio y no avanzarás ni un paso.
El secreto para ser feliz...