¿Quién tiene el poder?
Históricamente los más poderosos siempre han sido aquellos que vivían en la cima de la pirámide, siempre ha sido así y siempre lo será.
Lo que actualmente nos confunde es que nuestros emperadores se ocultan, no los ves ni en las noticias, ni en la prensa del corazón, ni figuran en la lista de la revista Forbes, ocultan sus fortunas e identidades detrás de fundaciones y corporaciones que nunca aparecerán en bolsa por qué no necesitan socios ni inversores, sus tronos son hereditarios, pasan de padres a hijos como las monarquías, sus fortunas no las miden en dinero como nosotros, ellos pueden poseer todo lo que deseen, oro, influencia, personas, políticos, empresas, países, y nuestro destino, porque ellos son nuestros amos y nosotros nacimos esclavos, ellos fabrican y controlan el dinero.
El dinero es la herramienta de su poder, es lo que más ansiamos, lo que nos motiva, lo que mueve el mundo, la economía, los países, las guerras, lo que decide quién debe morir para mejorar la vida de quien pueda vivir mejor. Es la mayor herramienta de dominación y poder, por encima de gobiernos, religiones, medios de comunicación, y leyes.
Su escala de valores difiere de la nuestra, sus conceptos del bien y el mal, crueldad y compasión, no se parecen a los tuyos, ellos nos observan desde una altura a la que apenas nos oyen o perciben que existimos, se rodean de gente de un nivel muy superior al nuestro, son ellos los que intentando cumplir sus deseos son nuestros verdugos. Para ellos nuestro sacrificio es interpretado como la necesaria muerte de una pollo para hacer una cena.
Las guerras, los genocidios, las muertes de quien se interpone, la pobreza y la miseria de la mayor parte de la población son interpretados como un necesario mal menor.
Acaso tu piensas cuando te levantas en las 100.000 muertes diarias relacionadas con el hambre y la miseria o en los millones de victimas en guerras de poder, o en la tortura y el terror cuyo fin ultimo es proporcionar gasolina a tu coche, y unas cómodas vacaciones si consigues endeudarte un poco mas.
Multiplica por 100.000 el desdén o el desprecio que sientes hacia cualquier persona de un nivel social inferior al tuyo y tendrás un ligerísima idea de cómo te ven nuestros emperadores. Si aun te sientes cómodo piensa en que nadie te recordara si caes y te toca ser la cena.
El poder se comparte entre unos pocos que se reparten el dominio del mundo de común acuerdo y filial competencia. Sus fines son acordados mediante democracia directa (el poder reunido en asamblea, delibera y toma las decisiones). El modo en que te perciben es la sensación que sentirías por los pollos que engordan en tu corral.
Quizás como algunos faraones ellos se crean sus propias mentiras, dado su inmenso poder quizás lleguen a considerarse semidioses o una especie mas evolucionada, con derecho a regir nuestros destinos. Mi mayor pesadilla es que un día decidan que no me necesitan como esclavo, que no desean compartir un planeta, contaminado, superpoblado y esquilmado y decidan exterminarnos como a cualquier plaga. Quizás sueñen con ser los súper-ecologistas que solucionen los males de su planeta.
Si quieres saber mas de tus dueños investiga las dinastías Morgan, Rothschild y Rockefeller.
Cuando el dinero habla la verdad calla.
“Déjenme controlar la moneda de una nación y no me importará quien hace sus leyes.” (Mayer Amschel Rothschild, Fundador de la Dinastía Bancaria Rothschild)
Epicuro
La Plutocracia
Una plutocracia ( del griego ploutos -riqueza- y cracia -gobierno-) es un sistema de gobierno en el que existen influencias desiquilibradas en la toma de decisiones a favor de los que ostentan las fuentes de riqueza.
El alto coste de las campañas políticas en las democracias siempre ha supuesto una barrera de entrada al poder, una forma de plutocracia controlada por una escasa minoría de los votantes. En la democracia ateniense, algunos cargos públicos eran asignados de forma aleatoria a los ciudadanos para inhibir los efectos de la plutocracia. Entre el 133adC y el 123 adC los gracos protagonizaron una brutal revolución contra la plutocracia de Roma.
La democracia moderna puede ser también vista como una farsa deshonesta empleada para evitar la agitación de las masas frente a los abusos de poder o incluso como ostigadora de dicha agitación en beneficio propio. Asimismo puede animar a los candidatos a realizar clientelismo político, ofreciéndoles, por ejemplo, leyes favorables si resultan elegidos.
El control de los medios de comunicación por parte de unos pocos puede llevar a una distorsión más específica del proceso electoral, de modo que los medios son un elemento vital en unas elecciones (ver oclocracia). Ciertos grupos sostienen que la crítica a la situación del momento o a una agenda concreta tiende a ser ocultada a través de grupos mediáticos para así proteger sus propios intereses. Los partidarios contestan que la libertad de expresión hace posible tanto para las organizaciones lucrativas como para las sin ánimo de lucro debatir estas cuestiones. Argumentan que la cobertura mediática en las democracias simplemente refleja las preferencias del público, y no supone censura.
Una forma común de plutocracia hoy día podría venir motivada por la financiación irregular de partidos. Ésta puede provocar que en una partitocracia o democracia, alrededor del poder estatal se forme un holding empresarial o fáctico que, tras financiar partidos y medios de comunicación, obligue a realizar un clientelismo político, la mayoría de las veces mediante una favoritista legislación.
Para evitar que la financiación de partidos se convierta en un puente entre democracia y plutocracia se necesita de una ley de financiación de partidos adecuada y fuerte, que impidan que el poder de éstos no acabe recayendo en aquellos que los financiaron.
Mas:
- El lenguaje político, la demagogia.
- Ley Orgánica 3/1987, de 2 de julio, sobre Financiación de los Partidos Políticos en España.
- Grupos mediáticos españoles
- PP y PSOE justifican el perdón de deudas con los bancos como una práctica usual. Artículo de El País
- Partitocracia
- Oclocracia
Extraido del articulo de Wikipedia Plutocracia.
"Vivimos en una plutocracia, un gobierno de los ricos"
Extraido de entrevista a José Saramago por Verónica Abdala .
–Vivimos en una plutocracia: un gobierno de los ricos, cuando éstos, proporcionalmente al lugar que ocupan en sociedad, deberían estar representados por una minoría en el poder. No hay actualmente ningún país del mundo que viva verdaderamente en democracia, y éste es el debate que nos debemos, el que tenemos la obligación de imponer. La injusticia social es como una nueva capa atmosférica que envuelve al planeta entero. ¿Creemos que participamos del destino de nuestros países porque votamos a determinados funcionarios gubernamentales o municipales? Son las multinacionales las que en este mundo globalizado ejercen el auténtico poder, y devoran en su vientre los derechos humanos y las democracias comoel gato devora al ratón. Son ellas las que determinan nuestras vidas. Son los intereses económicos los que dirigen las acciones de los gobiernos, de todos los gobiernos del mundo. Nos han convencido de que esta vida es la única posible, cuando no debería ser así: vivimos en un mundo atroz, pero que no es el único posible. Iniciar el largo recorrido que apunte a esa mejoría, es nuestra responsabilidad.
Hay que empezar por reconocer que vivimos en la mentira. Sólo en la medida en que iniciemos el camino del debate público, el de la participación cívica, el movimiento de centenares de miles de ciudadanos de todas partes en pos de la democracia y el respeto de los derechos humanos, estaremos haciendo algo por el futuro, y por este presente que es producto de lo que hagamos o dejemos de hacer. Las multinacionales están decidiendo nuestros destinos y están gobernando a nuestros gobiernos. Y que no me vengan con que no hay tiempo para debates ni con que cada uno está concentrado en ganarse el pan: ya se han dicho todas las excusas posibles, pero ésa es la discusión que nos debemos y debemos proponer los hombres y mujeres de bien.
Debemos lograr que en el largo plazo los poderes económicos queden sujetos a pautas más democráticas. Nos hemos resignado, creemos que no podemos nada, ésa es la enfermedad que actualmente padece la humanidad. No queremos abrir los ojos. Nada cambia que unas elecciones las gane un demócrata o un liberal. ¿Suponen que Blair, Aznar o Berlusconi se diferencian tanto? ¿Creen que si un candidato gana o pierde cambia radicalmente el destino de un país? Yo creo que, tal como están las cosas, da igual, porque no son ellos los que mandan en realidad. Otro problema inherente al sistema mismo es, según él, que la representatividad en democracia queda sujeta a las propuestas de unos partidos políticos, y “todo lo que queda por fuera de ellos, consecuentemente no existe, porque no encuentra representación”. Las ideologías que en el pasado sustentaron la acción colectiva de sociedades y movimientos parecerían en retirada en este mundo globalizado, “El consumismo parece ser la única ideología extendida a lo largo y ancho del planeta”. Nos hemos convertido en seres pasivos, resignados, seres que no cuestionamos, patéticos seres sentados a esperar que la ciencia y la tecnología nos aporten nuestra cuota diaria de bienestar. Somos responsables de este mundo desgraciado en el que nos toca vivir. Yo aspiro a morir en un mundo un poco menos desgraciado. Vivimos una etapa histórica inédita de enajenación e indiferencia, ése es el mundo que para llegar a ser mejores personas debemos transformar.
Hay tres preguntas fundamentales para el desarrollo de una sociedad. Esas preguntas reveladoras que todos deberíamos hacernos antes de avalar cualquier política, cualquier acción, propuesta o candidatura son: ¿Por qué? ¿Para qué? ¿Para quién? Esas son las mismas que hacen los chicos hasta que los adultos se resisten a contestar la verdad. También nosotros perdimos la confianza y dejamos de preguntar y de pensar. Debemos recuperar la reflexión, el espíritu crítico, la filosofía, para volver a creer en la posibilidad de la evolución colectiva. Debemos quitarnos la venda de los ojos o moriremos desgraciados.
A los 80 años, uno tiene la necesidad visceral de contribuir de algún modo a esa evolución. Es muy triste ver que la Declaración Universal de los Derechos del Hombre es un papel mojado al que nadie le da importancia. Es muy triste que las variables económicas no tengan contrapeso y que lo que está por debajo, nada menos que la democracia y los derechos humanos, no tengan peso al lado de aquéllos. Las trasnacionales no emergen del voto popular, por eso es que no son representativas de nadie. Vivimos en una farsa de la que todos somos cómplices: los gobiernos, los sistemas de enseñanza, los medios de comunicación. La posibilidad de dudar es la octava maravilla del mundo, pienso yo. Después vendrá la pregunta: si aceptamos vivir en el neoliberalismo, ¿para qué sirve el Estado?. Enójense conmigo quienes no lo entiendan, pero ¡mi obligación es denunciar que el rey está desnudo! ¡Las cosas no son lo que aparentan ser!.
De si somos o no capaces de reflexionar sobre estas cuestiones depende, en términos históricos, el futuro de la humanidad.
José Saramago
21 de diciembre de 2007
7 - El mito del gobierno
Etiquetas:
Política
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El "poder" de los Estados y en consecuencia de los Gobiernos que en ellos existe, podría ser legítimamente retornado al pueblo si aprovechando los medios de comunicación (TV y Internet) se estableciese un sistema de voto de las cuestiones importantes que afectan al Pueblo (participación en la guerra de Irak, contratos basura, Pago de intereses a la Reserva Federal por la creación de dinero, etc...) dando información en los medios de comunicación de las consecuencias de aprobar o no las acciones antes citadas y que sea el ciudadano que con un tiempo de 1 semana mas o menos realizase el voto en centros con ordenadores habilitados para ese propósito o desde sus propias casas si disponen de línea de Internet.
ResponderEliminarDe esta manera el supuesto Poder de los políticos quedaría en nada y por primera vez serian los ciudadanos los que decidirían en los asuntos verdaderamente importantes dando igual si gana PSOE,PP,Democratas o Republicanos.
Algunos alegaran que los votos podrían ser falsificados y posiblemente tengan razón (al principio) pero para eso se tendría que trabajar en perfeccionar el sistema.
De esta manera tendríamos menos Prensa Rosa de la que algunos ya estamos cansados y al decidir sobre cuestiones importantes tendríamos un sentimiento de pertenencia del cual carecemos actualmente.